Hielos y su beneficio en el deporte
Tras hacer un entrenamiento o una jornada de deporte intenso, es probable que se pueda tener cierto tipo de molestias en articulaciones y músculos, y es una evidencia que ponerse hielo tras el ejercicio ayuda a la recuperación, pero no solo en molestias puntuales.
Tras realizar deporte para reducir las molestias articulares se recomienda generalmente que la aplicación del hielo sobre la zona afectada se haga de manera local y en tramos de 10 a 30 minutos y sin que el hielo este en contacto directo con la piel, ya que el frío mantenido de forma continua en la piel puede provocar graves lesiones cutáneas.
- Efecto anti-inflamatorio y analgésico, por lo que se indica especialmente para estos casos, sin necesidad de que se haya producido ninguna lesión ni ninguna patología concreta.
- Disminuye el dolor y los calambres musculares, por ello se ha de poner sobre la zona afectada tras su exposición a grandes esfuerzos deportivos, que puedan causar molestia al afectado.
- Mejora la circulación sanguínea, cuando el cuerpo entra en contacto con agua fría, se acelera el torrente sanguíneo, lo que ayuda al sistema linfático a recicla todas las células muertas causadas por la
carga del entreno. - Regenera micro-roturas producidas en el tejido muscular. Gracias a esa aceleración del torrente sanguíneo gracias a la ayuda del frío provocado por el hielo ayuda a eliminar los desechos metabólicos presentes en los músculos.
- Disminuye el riesgo de sufrir futuras lesiones. Los beneficios que se obtienen de estos baños de agua con hielos pueden disminuir el riesgo de sufrir lesiones y mejora el rendimiento en posteriores sesiones de manera mucho mas efectiva que las simples bolsas de frío localizado en determinadas zonas musculares.